MUSICA
Fui una niña solitaria y tímida. Un día, entré a la cocina en la cual mi madre preparaba una merienda mientras mi padre tocaba su guitarra; sentí el impulso de cantar. Al principio muy quedo, casi de forma imperceptible, a pesar de ello papá alcanzó a escucharme y muy complacido dijo que tenía la capacidad de afinar. Mamá sonrió por el descubrimiento y así comencé a cantar acompañada de la guitarra de mi padre.
Después fui parte del coro del colegio, lo cual representó un alivio pues no tenía demasiados amigos. La música se volvió el catalizador de mis emociones.
Así ha sido desde entonces....